“Tanto ama el árbol la hoja que la deja volar
en otoño” Brontis Jodorowsky
El texto “Tao Te King”
o el libro del “Camino y de la virtud” escrita por Lao Tse, transmite la
filosofía de la naturaleza y cómo ésta puede guiar la vida de los seres
humanos.
Mi primer acercamiento a este texto fue a través de los
seminarios de una escuela de acupuntura; mi comprensión de la vida se amplió,
no es un texto de fácil comprensión sin embargo, si llega a tus manos lo irás
entendiendo con el tiempo , más aún si la naturaleza te cautiva como a mí .
El libro es corto y denso, cada capítulo profundiza un
tema, en esta oportunidad veremos lo que está ligado al “desapego o el arte de
soltar”.
Cuántas veces nos ha costado dejar a una pareja, dejar
hábitos nocivos, dejar ciudades, dejar a la familia, dejar al colegio, dejar y
dejar : ¡es un desmadre!. No estamos preparados(as) culturalmente.
Recuerdo que de adolescente me convertí en una “acumuladora,
coleccionista”, generaba hábitos de apego hasta con lo más diminuto, guardaba y
guardaba de todo, bajo la frase: “todo es importante y tiene un gran significado
para mí”; parecía un ekeko (ja, ja, ja).
Repitiéndose el patrón en el mundo emocional, me guardaba
todo, no solía expresar mis emociones, y eso se fue reflejando en mi salud
(estreñimiento, dolores de garganta, faringitis, bronquitis). La comprensión
profunda de estos hechos vinieron a los 29 años, en las pláticas con Leopoldo,
el maestro acupuntor y también al contemplar
la naturaleza.
“El ´hombre` sabio deja que las cosas sigan su curso natural”
Tao Te King
Noté que el otoño nos enseña a
soltar, porque los árboles no se aferran a las hojas secas, simplemente las
dejan; ese acto nos invita a reflexionar.
¿Qué necesito depurar y soltar
en esta experiencia de vida o etapa de mi vida?; y ¿por qué nos cuesta soltar, desapegarnos de algo a
diferencia de la naturaleza que fluye?, ¿será acaso por miedo a perder lo que
logramos conseguir con esfuerzo, sacrificio por una aparente creencia que “eso”
es lo único que tenemos o porque “eso” me da seguridad para subsistir, sin
“eso” mi vida sería caótica?. Lo que puedo reconocer es que como no aprendemos
a vivir y sacarle aprendizajes a lo caótico, se genera mucho miedo, el cual nos
lleva a la parálisis y a la inacción, evitando la re-invención.
Y qué puedo aprender del desapego, ¿acaso esa acción me
lleva a ganar algo?
La respuesta es sí, los regalos del desapego, en realidad,
son muchos; cuando aprendemos “el arte de soltar”, aprendemos a honrar a
nuestro ser, damos cabida a los nuevos ciclos, abrimos espacio a lo nuevo, a la
re-invención, desafiamos nuestra zona de confort y nos atrevemos a vivir en
libertad y dignidad.
Como obsequio quincenal, una pieza bella de Alejandro
Jodorowsky: un cuento corto.
El desapego…
En
un puerto del mar de la China, había numerosos barcos a punto de embarcar,
todos cargados hasta los topes de joyas, de sedas y de otras mercancías
valiosas. Los mercaderes que los habían fletado se alegraban de llevarse todos
estos tesoros a su país natal. Poco antes de su partida, se les anunció que se
preparaba una tempestad en alta mar y que sus barcos, cargados en exceso, no
podrían resistirla. Pero los mercaderes, haciendo caso omiso de esta
advertencia, decidieron partir sin más tardanza. Sólo uno de ellos descargó su
barco y se hizo a la mar vacío. Más tarde, cuando se desencadenó la tempestad
con una violencia extrema, los barcos demasiado cargados se hundieron.
Únicamente el barco vacío permaneció a flote y pudo recuperar a todos los
náufragos.
Alejandro
Jodorowsky, en “La sabiduría de los cuentos”
Escrito
por:
Carla
Giannina Jiménez (coach ontológico y de vida) carlagianina@gmail.com