Escribe:
Javier Ormeño Incio
Director de LaRana.pe
@Jormenoi
@Jormenoi
Hoy - como todas las mañanas - subí al bus que me transportaría a mi destino y me senté muy tranquilo a escuchar música y contemplar cuanta gente subía y bajaba del carro (es bastante curioso, ¿no?).
Subió una pareja de chicos, si, dos hombres que no encontraron asiento y estuvieron parados cerca mío, optando yo a llevar la mochila de uno de ellos pues, aparentemente pesaba mucho.
Todo transcurría con normalidad, la gente con sus celulares, leyendo los diarios de rápida lectura (entiéndase como diarios chicha) y estos dos muchachos conversaban muy felices entre sonrisas y cumplidos.
En eso uno de ellos le dice al otro muy tiernamente algo como esto:
"Oye, eres un lindo; te adoro, en verdad te adoro"
La efusividad fue tanta que alzó un poco la voz llamando la atención de todos los que estábamos en el vehículo; el otro muchacho - como ha de ser natural ante el estímulo provocado por las palabras de tu pareja - le da un beso.
Esto no tendría porque ser relevante pues, en cualquier momento, en la calle o donde sea yo podría haber experimentado una escena similar con mi novia y sería igual de bonito pero, una señora alzó la voz en tono de protesta y muy 'indignada' emanó lo siguiente:
"Ya tampoco se pasen, ya nos dimos cuenta que son "cabros", así que no hagan sus "cochinadas" en público"
La gente comenzaba a balbucear, murmurar y uno de los chicos se sintió mucho más incómodo que el otro; atiné a darle una palmada en el brazo y decirle: lamentablemente hay gente así en todos lados, tranquilo.
No se si por la incomodidad del momento o porque llegaron a su destino, bajaron a los pocos minutos del vehículo.
Nuestra ciudad - y no quiero imaginar como será en otras partes del país - mantiene consigo prejuicios y odios hacia personas que tienen orientaciones sexuales distintas a la heterosexual.
¿Qué tiene de malo? ¿se puede saber?
Con la simple premisa de que todos podemos hacer con nuestra vida lo que nos viene en gana - sin hacer daño a otra persona - tendríamos suficiente argumento para dejar de tachar a seres humanos que no están ni enfermos, ni tienen algún tipo de problema.
La homosexualidad es tan natural como la heterosexualidad, el amor es amor, de donde venga y hacia donde vaya.
Espero pronto podamos vivir en un país menos homofóbico, menos prejuicioso y más justo.