[OPINIÓN] La última metamorfosis

Asociarse con criminales, comportarse como un criminal, aprovecharse de cualquier ventaja indebida, hacerse rico. 

No son conductas novedosas, sino todo lo contrario, formas tradicionales con la que los políticos del establishment actúan sin pudor, ni miedo. En este renglón, el Callao no es la excepción sino el ejemplo.


Contaba Foucault en Power / Knowledge (1972), que Napoleón III fue capaz de conseguir el poder gracias a la ayuda de lo que sería un grupo de criminales de baja estofa. Seguramente los fundadores de ChimPum Callao tenían conocimiento de estas prácticas, por lo que sin dudarlo, tempranamente tuvieron aliados en diferentes predios reñidos con la ley.
Hoy que Odebrecth se ha convertido en el viento que se llevará a todos, conviene prestar atención a la forma en la que la política del primer puerto se disfraza y aprovecha los estertores de la maquinaria para intentar una última metamorfosis, dejando el verde por el azul (Moreno y cía), o el rojo (Sotomayor).

Ahora que se anuncia el levantamiento del secreto bancario del gobernador del Callao, por pagar a las constructoras brasileñas Andrade Gutierrez y Queiroz Galvao, más de S/. 500 millones (más de US$ 147 millones) por una obra pactada en 356. A sola firma se habría pagado S/. 1,7 millones por trabajos no efectuados, junto a más de S/.  2,3 millones por "pagos adicionales”, además de haber perdonado toda penalidad por los 1,212 días que tomó la culminación de una obra acordada en 720. Sospechoso todo esto que "recién" se descubre pero que durante la última década fue un secreto a voces.

La Contraloría General de la República sostiene que se produjeron "presuntos actos de corrupción", en perjuicio de todos los chalacos; y dado que en Brasil, el ex presidente y el  ex director de las constructoras Andrade Gutierrez y Queiroz Galvao ya se encuentran en prisión por el caso Lavajato, todo mundo anda valiente y es posible que la justicia por fin se encuentre con los sospechosos de siempre y los ponga tras las rejas.

En camino, la sociedad chalaca debe andar atenta, son muchos los jugadores que buscan desmarcarse de sus otroras líderes y jefes, para para continuar con el reinado de lo que pudo ser un gran movimiento regional pero que decidió convertirse en una maquinaria para delinquir a expensas de los vecinos del primer puerto.

Es peligroso, y no solo surreal, que el fujimorismo tenga la difícil tarea de enfrentar la corrupción, y de hacerlo además con quienes antes fueron parte de ChimPum Callao, y que además estuvieron en la danza de las constructoras. En este renglón, el señor Albrecht debe renunciar a la comisión Lavajato y ponerse a derecho, para que se aclaren su acciones en todo este drama de la política nacional.

Termina un ciclo de la política nacional, viejos actores se retirarán sin gloria y muchos otros terminaran en la cárcel. Es momento de tener cuidado con la nueva camada de políticos que vienen entusiastas a tomar la silla vacía. La metamorfosis está en marcha, y la oposición chalaca tiene aquí un rol que cumplir en la primera línea, desde la propuesta y no solo desde la crítica, demostrando que puede tener unidad y agencia frente a la mafia, que intentará librar su última batalla.
Fuente: Andina