Foto: Revista Caretas |
Hoy se cumplen 15 años del
regreso de Alan García al Perú. Volvía luego de 9 años de exilio por la
persecución política del régimen fujimorista, que durante el golpe de estado
del 5 abril de 1992 envió un comando militar de más de 200 soldados a su casa para
capturarlo vivo o muerto. Y es que si revisamos objetivamente los hechos,
dejando de lado falsas historias de algunos ‘pseudointelectuales’ y ‘opinólogos’
, el primer perseguido político del fujimorismo fue Alan.
El día su regreso, Alan se bajó
del avión y lo primero que hizo fue agarrar un micrófono para hablarle a la
gente. 10 años de destrucción mediática por la prensa comprada por el
fujimorismo no habían sido suficientes, por lo que sus adversarios, en su
desesperación, hicieron célebre el "no
escuches a Alan García porque te puede convencer".
Alan había vuelto para ser
candidato presidencial, cargaba el mal recuerdo de su primer gobierno y 10 años
de destrucción mediática, llegaba además tarde a una campaña que había empezado
mucho antes. Era 27 de enero y Alan solo tenía 4% en las encuestas; sin
embargo, logró pasar a la segunda vuelta y obtuvo el 46.9% de los votos.
El destino ha hecho que hoy, a
15 años de aquel apoteósico regreso en la Plaza San Martín, Alan se encuentre
en una nueva campaña electoral.
Esta vez no han sido 10 años de
destrucción mediática los que tiene que remontar, han sido solo 5 años de
acusaciones e investigaciones que no han podido probar nada de nada, y eso que
Alan es a quién más han rebuscado, siendo de lejos la persona más investigada
de la historia contemporánea del Perú.
Ahora hay algo diferente, Alan
ya no carga con el mal recuerdo de su primer gobierno, tiene los logros de su
segunda gestión. Alan es el presidente que más ha reducido la pobreza en la historia del
Perú: de 48% a 28%. Logró sacar de la pobreza a más peruanos que los gobiernos
de Toledo y Humala juntos, y lo hizo además disminuyendo la desigualdad.
También, a diferencia del 2001
en el que no tuvo tiempo para hacer alianzas, hoy Alan lidera la Alianza
Popular, una alianza no solo electoral, sino de gobierno, que ha dejado de lado
diferencias pasadas para ponerse de acuerdo y presentarle al pueblo una opción
seria, de políticos con propuestas y no de improvisados que solo reparten
dinero.
Y los que creen que es una
alianza desesperada y de urgencia, es porque simplemente no supieron darse
cuenta que desde hace 2 años Alan y Lourdes comenzaron a acercar sus comentarios,
cambiándole el tono a una relación política que comenzaba a buscar el diálogo y
no el enfrentamiento.
Alan hoy no parte con 4%, en promedio parte con 8% y
con la ventaja de ser el único candidato con el liderazgo y la capacidad
necesarios para convencer a la gente. Su madurez y su experiencia han
demostrado que puede hacer crecer al país como otros ni siquiera se atreven a
proponer. Alan apuesta por la política seria, por las propuestas concretas para
convencer frente a la antipolítica que solo busca comprar conciencias.