Desde mi humilde
espacio me gustaría saludar al JNE, institución que recientemente hizo público
que empezará a trabajar arduamente en velar porqué ningún candidato o persona
natural agravie el honor de un candidato competidor. Gracias al artículo 389 de
la “ley orgánica de elecciones”, se busca
proteger a los candidatos de insultos y ataques directos, procurando que de
esta manera reine el respeto y la paz; de ahora en adelante si en caso te
animas a decir un improperio (incluso en las redes sociales) contra algún
candidato, tendrás que pasar como mínimo
2 años en la cárcel.
Si bien es
cierto parece descabellada la idea la saludo, nadie tiene derecho a faltarle el
respeto a nadie y mucho menos mancillar su nombre, pero... ¿Quién protege
nuestros postes de la publicidad del Sr. García?, ¿Quién protege los grandes
paneles que van a los lados de toda la Av. Faucett con el rosto de Moreno y Sotomayor?
¿Quién protege las paredes de los afiches de Acuña? Y así podría seguir enumerando
las atrocidades y faltas de respeto que estos señores (dos de ellos no están en
campaña) cometen contra el electorado diariamente.
Quién nos
defenderá por dar a conocer nuestro punto de vista sobre un candidato, si es
más que sabido que uno de estos por muchos años no reconoció y no le paso
pensión a su hija, otro ha firmado indultos para que miles de narcotraficantes
y delincuentes salgan a la calle, o si sabemos que su padre se llevó al
extranjero millones de dólares y luego cobardemente renuncio a la presidencia
vía fax para unos años después postular a el senado de otro país, o si sabemos
que ha trabajado anteriormente como ministro, no ha cambiado nada en este país
y se niega a devolver su nacionalidad extranjera mientras a su perro le pone el
mismo nombre que este hermoso país, o quién nos protegerá de un ambicioso
megalómano que dice ser distinto y lo único diferente que se le encuentra es
que tiene un montón de dinero.
Sinceramente le
mando un abrazo al JNE, a ese jurado que diariamente se dispara a los pies y
confirma que nuestras sospechas de que la elección del presidente es más un
negocio que un paso al futuro, esperando que empiece a hacer su trabajo desde
ya, que empiece a regular correctamente y que ponga multas efectivas a todos
los partidos que usan los postes para publicitar su campaña, a todos los que
pintan perritos con su logotipo, a todos los que le regalan un kilito de arroz,
cebolla y pescado a personas que a las justas ganan 300 soles mensuales, que
los vigile, pero sobre todo que los multe y encarcele.