Escribe:
Fernando Alberto Bravo Prado
Estudiante de Administración, con estudios de Lengua, Literatura y experiencia en comercio exterior.
Hay momentos en los que no importa nada, justamente porque importa todo.
La hija del ladrón y criminal más nauseabundo de la historia del Perú está
primera en las encuestas, y todo parece indicar que ganará las elecciones y se
apoderará del país, a menos que hagamos algo.
Ese algo significa votar por Kuczynski, ya que es preferible entregar el
mando a un tecnócrata liberal sin prontuario y con credenciales democráticas,
que poner en el poder a una gavilla de delincuentes y ladrones. Así de
claro. Votar por Kuczynski es la solución si algo importa la democracia del
Perú que tanto esfuerzo costó restituir, votar por Kuczynski es la única
esperanza que queda para frenar el avance de esta banda de delincuentes llamada
Fuerza Popular (pero que no es otra cosa que el mismo fujimorismo ladrón y
fascista de siempre). Votar por Kuczynski es la solución a pesar que quizás Kuczynski
no encarne del todo lo que hubieses querido para el Perú, a pesar que los
bancos se van a sentir en la gloria con Kuczynski (igual que con Keiko), a
pesar que los empresarios van a tener la mesa servida para seguir sub
empleándote como siempre. Pero estos son momentos decisivos en los que los
demócratas tenemos que hacer concesiones y actuar con firmeza, momentos
decisivos en los que los demócratas de verdad tenemos que optar por la derecha
banquera pero democrática, para evitar que se apodere del país la derecha
fascista, delincuencial y asistencialista. Votar por Kuczynski es la clave para
salvar la dignidad del Perú, a pesar que Kuczynski ha demostrado en los debates
cierta incapacidad para hacer frente al fujimorismo, y desnudar ese pasado fujimorista
de vergüenza e infamia (quizás porque en la mente de un tecnócrata pragmático
sólo importa la economía, y las cuentas en azul). Sin embargo, y lo digo de
manera enfática, el fujimorismo no debe pasar. Mal que mal, Kuczynski es un
demócrata al que veo muy difícil que en la culminación de su vida esté
intentando dañar al país, o que pretenda culminar su brillante carrera profesional
llegando a la presidencia del Perú, y pasar a la historia como un mandatario
que vivió de espaldas a los intereses de las mayorías, y vendió al país en
peso.
Con Kuczynski la democracia se mantendría intacta, no se cometerían
crímenes espantosos, y sobre todo no se saquearían los fondos del estado... de
eso estoy seguro. Con Kuczynski en el poder le habremos dicho “No” a la
cleptocracia nauseabunda de los Fujimori, y se le habrá dado un golpe muy duro
a la narco política de Montesinos…. y por favor, ya basta con eso de que el
antifujimorismo es puro odio. No es odio, es memoria y es historia... Y tampoco comparen una nueva oportunidad para
los Fujimori con la segunda oportunidad que se le dio a García en el 2006, ya
que García fue un destructor de economías, terco y ególatra, que mal aplicó las
ideas de Haya de la Torre, pero que siempre fue un demócrata cabal; y no tiene
comparación con esta banda de delincuentes que reventó al país, violó
constituciones, derrumbó un congreso, torturó y asesinó personas, saqueó al
fisco sin piedad, compró periodistas, compró canales de televisión, y llenó de
mugre a toda una década. Ante estos, García no era nadie, y darle una
oportunidad no era nada.
Ser demócrata consiste en aceptar la decisión de las mayorías. De manera
que esta no es una pataleta que intenta renegar de la mentalidad de los que
piensan diferente, o de los ciudadanos con amnesia, o de los compatriotas con
desconocimiento del pasado. Si el Perú quiere como presidente a la señora
Fujimori, y Kuczynski no gana las elecciones... pues bien, que así sea... ya
que es lo que quizás se merece el país. El Perú, como ya se sabe, es un país
suicida y hay que respetar la decisión que se tome este domingo. En esta
columna no hay reproches contra los que creen en el fujimorismo. En esta
columna se ataca directamente al fujimorismo y no a sus votantes.
Con un gobierno fujimorista tendremos (y lo señalo con la debida anticipación), la agudización de las crisis de desigualdad en la sierra y la selva, tendremos el despertar antiminero a la vuelta de la esquina, tendremos la proliferación del anarco sindicalismo en sus formas más radicales, y tendremos una polarización sin desmayo, desde el primer día de gobierno. Eso es lo que la señora Fujimori no sabe, y sus lamepies no se lo dicen porque confían en que con un par de ametralladoras no hay huelga que sobreviva (como se sabe esta lacra tiene planeado poner a los militares en las calles).
Con un gobierno fujimorista tendremos (y lo señalo con la debida anticipación), la agudización de las crisis de desigualdad en la sierra y la selva, tendremos el despertar antiminero a la vuelta de la esquina, tendremos la proliferación del anarco sindicalismo en sus formas más radicales, y tendremos una polarización sin desmayo, desde el primer día de gobierno. Eso es lo que la señora Fujimori no sabe, y sus lamepies no se lo dicen porque confían en que con un par de ametralladoras no hay huelga que sobreviva (como se sabe esta lacra tiene planeado poner a los militares en las calles).
Un militar (les recuerdo) no investiga, no pregunta, no indaga para
descartar una confusión… solo dispara. Espero que más adelante, muchos de esos
votantes de la fuerza naranja (que ahora parecen seguir el discurso de Keiko
como si esa señora fuese el mesías) no se arrepientan cuando les baleen un hijo
en aras de la “seguridad ciudadana”; esa seguridad ciudadana que dispara como
loca a todo lo que se mueve. (Averigüen cómo se disolvían las manifestaciones y
las revueltas en la época de Velasco) (Tenemos antecedentes y casuística sobre
los militares en las calles)
Si Keiko no se apellidara Fujimori nadie la conocería, sin la carcasa del fujimorismo estaría en su casa criando a sus hijas y viviendo en el más sublime de los anonimatos. Así que no me digan que la señora está preparada y cosas por el estilo, como si estuviesen hablando de Roosevelt o Abraham Lincoln. Eso de que está preparada es parte del marketing cínico, y una ración más de esa cantaleta de porquería vendida por algunos periodistas ayayeros, esos que siempre soban al fujimorismo cada cinco años.
Si Keiko no se apellidara Fujimori nadie la conocería, sin la carcasa del fujimorismo estaría en su casa criando a sus hijas y viviendo en el más sublime de los anonimatos. Así que no me digan que la señora está preparada y cosas por el estilo, como si estuviesen hablando de Roosevelt o Abraham Lincoln. Eso de que está preparada es parte del marketing cínico, y una ración más de esa cantaleta de porquería vendida por algunos periodistas ayayeros, esos que siempre soban al fujimorismo cada cinco años.
Si la señora Fujimori toma el poder y se atreve a destruir la democracia,
se tendrá que volver a salir a las calles para recuperarla, como lo hicimos
antes. No perdamos la fe por culpa de esas encuestas infladas con bromato.
Votar por Kuczynski no es darle ningún cheque en blanco a la derecha banquera…
votar por Kuczynski es un acto de salubridad, una cuestión de principios de los
que sí salimos a las calles en julio del año 2,000 a restituir el orden
democrático, y no nos quedamos a mirar todo por televisión simplemente porque
Albertito nos regaló un saco de arroz todos los meses y los chicos de COFOPRI
nos dieron el título de propiedad de nuestra vivienda.
Por eso empecé diciendo que hay veces en que no importa nada justamente
porque importa todo. No importa nada porque hay que marchar con la izquierda,
caminar con los sindicalistas, abrazar a Susana Villarán, tomarle de la mano a
Verónica Mendoza, y votar por Kuczynski … NO IMPORTA NADA (Churchill se sentó
con el comunista Stalin por amor a su país)…hay que cerrar filas y no importa
nada.
Y no importa nada, justamente porque importa todo; porque importa el Perú,
el cual no debe ser entregado a esta banda de delincuentes llamada fujimorismo.