Culpa vs Responsabilidad
Carla Giannina Jiménez Coach ontológico y de vida
Plantearnos un nuevo escenario donde no solo habita la culpa sino la responsabilidad también
Poco a poco voy comprendiendo el significado de 'ser livianos' en el tránsito de esta vida y sobre todo el sentido de “la liviandad”, que quiere decir no tomarse las cosas de forma tan personal, sino en un sentido más amplio, donde brota el sentido del humor y el amor.
Mi profesora de acupuntura me lo explicó más o menos así: “Hay que ser 'livianitos', de esa forma podremos fluir en el sentido de la vida y convertirnos en un punto de referencia del cielo”; debo admitir que, pese a haber tenido varias explicaciones, no lograba comprender; y claro, se me dificulta porque viví un buen tiempo desde la dureza, la inflexibilidad y desde el drama. Las declaraciones que siempre repetía eran: “todo es un problema”, “¡qué preocupación!”, “¿y ahora qué voy a hacer?”, “¿quién tiene la culpa?, “soy la culpable”, etc. Declaraciones que pasaban desapercibidas hasta que descubrí que mi forma de ser las creaba, y ese es el punto de quiebre: darse cuenta.
La palabra culpa proviene del latín culpa que significa “falta”, de ahí es que deriva el mea culpa, cuando se admite el error. ¡Hagamos un ejercicio de recordación: ¿en qué momento, lugar nos hemos sentido culpables? , ¿dónde fue la primera vez que escuchamos esa palabra? En mi caso la escuché en la oración de la iglesia católica, en el acto confesional que dice por mi culpa, por mi gran culpa…, luego en los espacios de socialización, en mi casa, etc. Si te das cuenta, es un proceso de condicionamiento, aprendemos a sentirnos culpables todo el tiempo y también nos encontramos en la capacidad de culpar a otros.
¿Y qué mundo creamos desde la culpa? Pienso que creamos el triángulo del desempoderamiento, donde damos vida a la víctima, al victimario (a) y al salvador (a). Desde ese esquema no hay posibilidades de aprendizaje sino de condena, resentimiento y sufrimiento, alejándonos de la paz interior y de la compasión. La culpa también crea enfermedades como las autoinmunes (lupus), sobre todo cuando nos sentimos culpables.
¿Y cómo hacemos transmutar la culpa? En principio, dándonos cuenta, siendo sinceros (as) con nuestros sentimientos, identificando ¿qué sentimos? (rabia, tristeza, resentimiento, etc), ¿hacia quién es ese sentimiento de culpa? (hacia mí, o hacia mi padre, madre, pareja, etc); el ejercicio de nombrar es clave pues, como dicen, lo que no se nombra no existe. Una vez con esos dos elementos puedes iniciar un proceso de transmutación, porque has soplado las brasas para crear otra realidad.
Desde ahí podríamos plantearnos un nuevo escenario donde no solo habita la culpa sino la responsabilidad también, que es la capacidad de responder hacia algo. Desde la responsabilidad podrás tener la posibilidad de elegir qué hacer con ese hecho, es una especie de amplificador de posibilidades donde te conviertes en protagonista y ya no en víctima.
¿Y qué mundo podría crear desde la responsabilidad? Creo que desde ahí emerge el poder personal, tu valía, tu ser virtuoso donde tienes la posibilidad de comprenderte y comprender al otro; nace la paz interior y tu ser compasivo, donde puedes ver la virtud en ti y en el otro.
Para finalizar, ¿desde dónde quieres vivir ahora? Te dejo algunos ejercicios de psicomagia que podría ayudar a la transmutación de la culpa: http://larutadelailuminacion.blogspot.pe/2011/08/que-hago-con-la-culpa-psicomagia.html