Composición: Larana.pe |
Escribe:
Manuel Calongos Curotto
Arqueólogo
Del Solar ha venido mostrando en los últimos años una actitud activa en cuanto a los reclamos realizados para mejorar el sector cultura. Hay que recordar las duras críticas al alcalde Castañeda cuando este decidió borrar los murales hechos en diferentes partes de Lima durante la anterior gestión; así como ante su negativa a dar continuidad a muchos de los programas de cultura que se iniciaron con la gestión Villarán. Asimismo, el ahora ministro mostró pública y activamente su apoyo a PPK y su rechazo al Fujimorismo en la última campaña presidencial.
Salvador del Solar no sólo es un reconocido actor de cine y telenovelas, así como director, sino que es también abogado graduado de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, posee un máster en Relaciones Internacionales con especialidad en Comunicación y Negociación Intercultural por la Universidad de Syracuse.
Sin embargo, ¿son estos méritos suficientes para ser ministro de cultura? En recientes días se le ha comparado a con otros reconocidos artistas que en su momento asumieron como ministros de estado, como el cantante brasileño Gilberto Gil (exministro de Cultura 2003-2008) y el cantante y actor panameño Rubén Blades (exministro de Turismo 2004-2009). Incluso se le ha comparado con el expresidente de los Estados Unidos Ronald Reagan, quien fue un conocido actor antes de entrar a la vida política. Estas comparaciones pecan de no tener en claro el contexto en que Del Solar asume el ministerio. A diferencia de Blades y Gil, quienes asumen como primero opción sus respectivas carteras, la elección del Salvador del Solar se da en un ambiente de renuncia de un ministro por escándalos y la posible censura de otro por parte del Congreso. El cambio de Jorge Nieto a Defensa y el nombramiento de Del Solar causa la impresión de falta de cuadros políticos por parte del presidente Kuczynski, así como de improvisación frente a una cartera que, desde su creación en 2010 (y desde su tiempo como Instituto Nacional de Cultura), siempre ha sido relegada al último lugar. A ello debe sumarse lo compleja que es la gestión pública en el país y mucho más en el ámbito cultural que es muchas veces relegado e ignorado por las autoridades.
Entonces, ¿fue acertada la decisión de nombrar a Salvador del Solar como ministro? Esa pregunta solo se podrá contestar una cuando se tenga un balance del trabajo realizado. Creo que las ganas y el entusiasmo están en el nuevo ministro. Esperemos que estas no sean paradas frene a los problemas presupuestales. Además, en lo personal, creo que Del Solar puede brindarle al Ministerio la apertura que necesita tanto con el mundo académico como con los agentes y gestores culturales. Apertura que es necesaria si de verdad se piensa trabajar en pro de políticas que busquen hacer de la cultura un núcleo de desarrollo, inclusión y ciudadanía.
El nuevo ministro deberá afrontar grandes retos y problemas. Uno de ellos es el del Museo Nacional de Arqueología (MUNA). Una obra que, desde el inicio, tuvo series observaciones que van desde su construcción dentro del área intangible del sitio arqueológico de Pachacamac hasta su viabilidad técnica teniendo en cuenta las grandes cantidades de humedad y salinidad en un lugar donde se almacenará material arqueológico muy frágil, pasando por acusaciones de irregularidades en el Proyecto de Rescate que se realizó en el lugar previo a la iniciación de las obras. Otro gran reto es el desarrollo de políticas de interculturalidad que verdaderamente se ajusten a las necesidades de la población. Es menester que el ministerio tome cartas para fortalecer mecanismos como la Ley de Consulta Previa que ayuden a defender y revindicar a las comunidades indígenas, respetando sus derechos como ciudadanos. De igual manera, se deben fortalecer los mecanismos de protección y puesta en valor del patrimonio cultural tangible e intangible. Además, se debe buscar maneras de fomento y protección a las diferentes industrias culturales, demostrando la importancia que tienen no solo como un medio de desarrollo sino como un medio de educación y ciudadanía.
Finalmente, otro gran reto es el de presupuesto. Este es un viejo problema que siempre ha afrontado el sector. Es tarea urgente del ministro del Solar el hacer entender la importancia de aumentar el presupuesto para el sector cultura. Razones para ello hay muchas para los entendidos en el tema cultural. El reto está en tener las habilidades políticas para poder realizarlo.
El sector Cultura necesita de cambios urgentes. Históricamente olvidado por los gobiernos de turno, el sector cultura necesita no solo de liderazgo y capacidad sino también de apertura y consensos. Espero que el nuevo ministro pueda realmente lograr afrontar al menos los problemas más inmediatos del sector. Asimismo, espero que tenga la capacidad de hacer entender, al menos al gabinete al cual pertenece, la importancia del sector y la urgencia de la toma de medidas inmediatas. De lo contrario, espero posea la capacidad de aceptar los errores y dar un paso al costado. El ministerio de Cultura necesita cambios urgentes. Cambios que mejoren la percepción del gobierno sobre este sector y su importancia. Cambios que entiendan las posibilidades de las industrias culturales como núcleos de desarrollo económico, que entiendan la necesidad de mejores políticas de interculturalidad para la prevención de conflictos y que entiendan la importancia de la valorización y protección del patrimonio cultural. Habrá que esperar que y ver si realmente el ministro Del Solar tiene la capacidad y voluntad política de realizar estos cambios o si solo mantendrá las cosas como la encontró. Por ahora, lo que queda es apoyar la gestión con ideas y críticas reales y constructivas. Si la gestión fue mala o buena, como se dijo líneas arriba, es algo que solo se podrá contestar con el pasar de los meses.